Instrucciones para besar a su amante - Miguel D'Addario




Instrucciones para besar a su amante 
Del libro "Relatos revulsivos"

Ante todo, es imprescindible contar con un/a amante. Sin este requisito no sería posible seguir estas instrucciones. 
También será necesario contar con el deseo acérrimo de besar a alguien para lograr este objetivo. 
No habrá excusas si se produce un fallo, error, o fracaso en el intento. 
Tampoco es responsabilidad de quien escribe estas líneas; ni mucho menos podrá pretender la devolución pecuniaria, que habrá desembolsado por el valor de este relato. 

Primeramente, debe Ud. mojar sus labios con el extremo frontal del hidrostato muscular situado en su cavidad bucal, es decir lo que comúnmente denominamos la lengua. 
Humedeciendo ambos labios podrá sentir un breve refresco proveniente del rozamiento del aire externo. Debe Ud. sentir que los latidos de su corazón se aceleran un poco, la sangre comienza un proceso de aceleración, los dedos de sus manos se hinchan, los poros de su cuerpo se expanden y su mente se apresura muy precipitadamente… imaginando. 
Si esto no acontece, deberá recomenzar nuevamente o bien analizar si su partenaire es exactamente quien le corresponde para este acto. 
Si por el contrario Ud. siente lo que acabo de describir con anterioridad, entonces continúe adelante. 
Con su brazo izquierdo deberá tomar por la mitad de la espalda a su pareja, atrayéndolo/a hacia usted mismo, es decir que ambos cuerpos se acercarán la mayor cantidad posible hacia un menor espacio, puede forzar un poco si lo desea, haciendo presión suavemente hacia usted. 
Recuerde no provocar malestar en su par, podría enfriar la situación. 
Una vez hecho esto, prolongue lo que pueda el tiempo y diga algo amable, por ejemplo: —Me gusta tu mirada de niña (o niño); o también decir: —Me atraen las redondeces de tus labios. 
Paso seguido, y con su mano derecha tome a su enamorado/a, cogiéndolo/a de la parte superior del codo, o sea de la parte inferior del brazo mismo; tenga en cuenta que su pretendiente puede sentirse incómodo/a en esa posición, diga algo más íntimo, por ejemplo: —Tienes el brazo un poco frío. 
Al mismo tiempo y dicha la breve frase acerque su cara lo más próxima posible, a una distancia suficiente que ambos puedan mantener los ojos abiertos. Y que puedan continuar observándose. 
No intente besar directamente a su conquistado/a, primero trate de subir aún más la temperatura del encuentro, trate por todos los medios de no demostrar que su respiración está acelerada, -puede transmitir desesperación-, pero sí es importante que su mirada sea como la de un niño alegre, satisfecho. 
No bese aún, acérquese lentamente al borde de ambos labios, es decir, en el borde donde se unen el labio inferior y el labio superior. 
Muy suavemente apoye su mejilla en esa zona y vaya deslizando su rostro hasta que los bordes de los labios de su amante también se apoyen en los suyos, en ese punto geométrico; no desespere y espere, el tiempo de expectativa es importante para incrementar el deseo. 
Humedezca otra vez sus labios livianamente, y acérquese lentamente, dando pequeños y fugaces besos hasta llegar al centro de los labios a besar, posteriormente abra lentamente sus labios, en un 20 por ciento y toque con su lengua los labios de su pareja. La otra parte reaccionará y Ud. realizará una mínima succión sobre su labio inferior, besando y frotando sus labios en el de su partenaire. 
A la respuesta de la otra parte seguirá besando sin desesperar con ambos labios y entrelazando su lengua con el de su amante. El tiempo de duración en este punto dependerá realmente de la pasión de ambos, y del deseo ferviente que recorrerá vuestros vasos sanguíneos. 
Finalmente, y para cambiar el momento, suelte sus brazos y tome con la mano izquierda la parte trasera de la cabeza, suavemente, y con la mano derecha apóyela entre su cuello lateral, debajo de su oreja, y atraiga a su pareja todavía más hacia usted. Y recuerde, realizar suaves caricias en la base de su cuello. 

Suerte le deseo con este instructivo, y no olvide que deberá gastar mucha saliva y excesivo estoicismo.

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7 comentarios:

  1. María4:25

    Hermoso relato Miguel, abrazos.

    El estoicismo es la capacidad o la fuerza de voluntad de un individuo para controlar sus sentimientos o emociones. Alguien estoico, por lo tanto, se mantiene firme ante la adversidad.

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  2. Lidia4:35

    Muy bueno, buena capacidad descriptiva con terminología muy pulida. Abrazo.

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  3. Anónimo14:36

    Bellisimo

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  4. Andy3:28

    Excelente libro, me toca trabajar con eso. Gracias por dejarme colaborar Miguel D'Addario, un gran abrazo en la distancia. Seguimos...

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  5. Virginie11:07

    Instrucciones conciernen normalmente cosas, maquinas…
    Como hacer para lograr esta fase delicada del amor ¿ el autor nos da su receta de cocina : « No bese aún, acérquese lentamente al borde de ambos labios (…)”
    Todo eso con un sentido de humor.
    Seria bien que existía una receta para el amor ¿ Que serian los ingredientes ? ��

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  6. Miguel D'Addario11:12

    Gracias Virginie Kernaonet. Como te lo había explicado, hay gente que no sabe relacionarse, porque no tiene habilidad social e inteligencia emocional desarrolladas. Y entonces, tampoco saben amar, ni mucho menos besar. Y es ahí donde nace este instructivo... que, en principio, será para gente que actúa como máquinas, que reaccionan agresivamente o compulsivamente, y no mediante un análisis o a través de la reflexión. Los ingredientes para una receta de amor: Inteligencia, amor, sinceridad, y ternura.

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  7. Carlos12:33

    EXCELENTE RELATO MIGUEL D'ADDARIO

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